Windows, pero ahora nos muestra la pantalla original, el color chicle de la tele). El rodeo por el rock, anclado en la década en que éste fue robado por la TV a la radio (década al final de la que también llegó el color a nuestro televisor: 1975-85); la eclosión televisiva de JesúCristo; genios negros y orientales cooptados por el cátodo americano; globos oculares ictéricos y sobredimensionales... estas pinturas nos hunden en un sofá rotoso con muchas latas de cerveza a mano. La misma greña fucsia pasa del rockero al payaso, el mismo rictus dentario del payaso
al soldado: la extenuación de lo que una vez fue joy-psicodelia en un dark-glam sin féminas. El cuadro es televisivo (retratos de estrellas masculinas degradándose en el éxito -hasta un conejo fumón). Y el fuera de cuadro es la guerra testosteronada. http://www.ramona.org.ar/node/30747